Estaba embarazada en esos momentos, María es mi nombre, una noche trataba de dormir y me daba cuenta de que no podía, no se porque. En cambio mi marido dormía tranquilo a mi lado, ambos estábamos de espaldas, una contra otra, y de ese modo él no se percató cuando comenzaba a llorar…
La imagen de mi padre fallecido me vino a la mente, y llore en silencio por él, porque le echaba de menos, porque le estaba recordando y hubiera deseado que conociera al hijo que iba a tener.
La cuestión es que llore tan en silencio como pude pero note que el hecho de que la imagen de mi padre me hubiera llegado tan de pronto era algo más que extraño.
Un par de días después estaba en una pastelería tomando un café con mi marido, mi hermana y mi cuñado. Allí hablamos de un par de cosas y de pronto mi cuñado me miro y me dijo: "¿A que no te has acordado del aniversario de la muerte de tu padre?".
Tan pérdida en el tiempo como estaba, le pregunte:
- ¿Cuándo fue?
La respuesta me dejó helada:
- Anteayer.
Trague saliva y abrí los ojos como platos: "Anteanoche estuve llorando y recordando a papá", dije emocionada, y no sabía qué fecha era ni por qué me había llegado ese recuerdo tan fuerte de él."
Cuando ya tuve a mi hijo, estaba una noche dándole un tetero en la casa. Estaba sentada en un sillón y tenía a mi bebé medio dormido, que chupaba sin abrir los ojos.
Estaba muy cansada, muy cansada, y creía que me iba a quedar dormida, pero los dolores del reciente parto y la flojedad me hacían llorar constantemente porque soportaba muy mal el dolor.
Entonces una paz interior llegó hasta mí, el dolor desapareció por unos instantes, y una alegría injustificada me sucumbió de golpe.... frente a mí, lo sabía, estaba mi padre. No era visible, pero podía sentirlo, y además de eso, podía notar su amor…